En
una Escapada anterior comentábamos una ruta de senderismo en el embalse de las
Vencías. Fue un paseo que nos encantó en todos los sentidos, tanto por la tarde
que salió, con una la luz muy especial, como por el entorno, el propio embalse,
etc.. Ver 10-06-2014. Le pusimos dificultad media, más que nada por la
distancia (15 km ),
siendo fáciles el resto de aspectos, como desnivel, calidad de la senda, etc.
Hoy
queremos traer aquí una ruta semejante y, a la vez, diferente; semejante por el
motivo principal: “envolver” otro embalse (del Burgomillodo) en modo
senderismo; semejante por la zona - mismo río y a solo 5 km . –, terreno calizo,
abundancia de cortados y colonias de avifauna rupícola, bosque mediterráneo
Pino resinero, enebro, sabina, carrasca, etc. Semejante en parte, también,
porque acoge edificios religiosos de que más adelante ampliaremos datos.
Diferencia:
especialmente la dificultad del Burgomillodo - muy difícil (1) -, tanto por la
distancia (casi 30 km .
y unas 8 hh total, 5 caminando), como por los numerosos y abruptos barrancos
que hay que sortear. “Sendear” integralmente el perímetro del embalse del
Burgomillodo constituye una ruta deportiva exclusiva para personas con buen
nivel de práctica y estado físico, como de seguimiento, localización (y / o
recuperación) del camino (sendero), ya que, en general, no hay señalización y
el camino no siempre es evidente; especialmente entre La Molinilla y San Frutos,
el sector menos transitado.
Apuntar
que hay que contar con atenerse a las restricciones del Parque en torno a
épocas de nidada y cría de aves, cuyo buen proceso exige no pasar por algunas
zonas (hay señalización) y transitar lejos de los cantiles, incluso solicitar
permiso (fax a la Casa
del Parque, 921540588).
Hemos
decidido hacer la ruta en sentido de las agujas del reloj e iniciamos la
caminata en el pié de presa, por el camino de la mina de caolín, una cuesta
que, de aperitivo y para calentar (desnivel de 100 m . para 1.4 km .), no está nada mal.
Pasando de algún camino que surge a cota inferior, una vez ascendemos al
páramo, empezamos a variar hacia la izquierda, en dirección al embalse, ya que
tenemos interés en ver San Frutos desde todo el arco de los aproximadamente 300
grados que permiten los tres meandros consecutivos aquí existentes. Es una pena
pero entre el madrugón y que la mañana está algo nublada, no hay luz para
fotos; no nos sentamos a esperar y lo dejamos para más adelante. Las fotos de
San Frutos quedan para cuando pasemos por allí, ahora en frente, cercano el
final de la ruta y jornada. Además, no importa; estamos ya disfrutando a tope
de la marcha y del espectáculo.
Y
es que el espectáculo del agua 80 metros perfectamente verticales más bajo, es
impresionante, como lo es el enebral de ejemplares saludables y, aquí, de
excepcional regular tamaño y un verde magnífico, por entre los que caminamos.
Antes, mientras subes la última suave loma, la mirada a ras de suelo, de no
saberlo previamente resulta imposible imaginar que la llanura sufra semejante
tajo, con repentina, brutal y absoluta verticalidad. Al otro lado del agua
igual corte y, sobre él, encaramado y aferrado al filo del meandro opuesto, la
ermita de San Frutos, separada de la meseta gracias a “la Cuchillada ”, antaño defensa
y hoy puente. Existe desde el XII y sus piedras, cementerios, etc., guardan y
testimonian una larga historia.
El
precipicio aquí, en ambas orillas, es continuo y se ajusta, bordea y contiene
perfectamente la verde, azul y trasparente mancha de agua. El perfil del cantil
oeste se rompe desde la presa en, tan solo, un par de hondos barrancos;
únicamente el llamado del Portillo de Sebúlcor – una rampa de arena que termina
en una calita - permite bajar hasta el agua.
Ya
hay suficiente luz para fotografiar y la cámara quiere guardar cada rincón,
cada ángulo, cada pared, cada planta, pájaro, nube… Llegamos al meandro y
balcón del monasterio de la Hoz
(ruinas) que se nos antoja como tal vez lo más espectacular del parque,
expresión que difícilmente podremos evitar repetir varias veces en esta ruta;
no por ello pierde sentido.
Para
no cansar, lo dejamos aquí. La semana que viene, el resto.
Desde Kinedomus Bienestar es muy fácil hacer un
paréntesis y escapar a Burgomillodo. Según el tiempo (1) de que se disponga, la
ruta se puede fraccionar sin, por ello, desmerecer.
En
Kinedomus Bienestar tenemos a tu disposición toda
la información y ayuda para preparar tu jornada.
¡Feliz
escapada!
(1) En realidad nosotros aconsejamos hacerla
fácil fraccionándola, lo que es perfectamente viable y, en realidad, única
forma de saborear, el paseo, vistas, paisaje, etc., la ermita de San Frutos y
anexos, las ruinas del monasterio de la
Hoz , la cueva de los 7 Altares y otras, etc.
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