Proponemos
hoy una ruta para un poco atrevidos, tanto por distancia como por dificultad,
desnivel (unos 750 m .
de ascenso) y tiempo.
Se
trata de rodear el Embalse de Linares del Arroyo, caminando cerca de 25 km , parte de ellos (del 2
al 5 y del 19 al 23) bastante más que “traileros”, pues o se pierde el sendero o,
simplemente, no existe. La ruta completa, pues, requiere de cierta condición
física y un poco de práctica.
La
ruta transita por el parque natural de la Hoces del Río Riaza,
al noreste de la provincia de Segovia y desde Kinedomus Bienestar, en unos minutos de coche, podemos acceder al punto
de inicio elegido según el tramo que se pretenda recorrer.
Nuestra
propuesta parte del km. 16 de la BU
930 / SG 945, del aparcamiento existente en la antigua cantera junto a la
entrada al parque, en la bajada a pié de presa. Descendemos por la carretera y
pasado el puente remontamos el cañón hasta superar los cortados, donde
tendremos la más insuperable vista del Cañón del Riaza. De enero a Julio (para
las aves, época de cortejo, apareamiento y nidada), habrá que seguir el río
hasta el viaducto, remontar el talud y pasar por el túnel del ferrocarril
(llevar frontal o linterna). Se camina como 1,5 km . más.
La
ruta, solo se puede completar caminando y pasa zonas completamente salvajes,
siendo frecuente avistar una variada fauna, como corzos, jabalíes, zorros..,
aparte la voladora, abundantísima; especialmente el gran alado, el buitre
leonado, un espectáculo aéreo por sí mismo.
Transita
además, por una espectacular orografía, con desniveles de más de 150 m ., buena parte
totalmente verticales: torres y agujas, cuevas, ventanas, tajos y torrentes;
altos páramos tapizados de amarilla hierba otoñal, cortados por escondidos
barrancos…
Encontraremos
restos del inundado Linares: una bodega, un lagar, muros de edificaciones
difícilmente reconocibles tras décadas bajo el agua; antiguos cultivos, hoy
sembrados de cantos, zarzas, aulagas…
Luego
está el embalse, muy concurrido en verano pero perfectamente solitario ahora,
casi siempre a la vista y al que debemos las enormes posibilidades y atractivo
de este singular paseo. También están la luz, el viento, los aromas…, con que,
a nuestro paso, las quebradas plantas nos devuelven su queja, convertida en
delicia para los sentidos.
Maderuelo, pueblo medieval y atalaya sobre el embalse, pide
un recorrido por sus rincones, siendo paso obligado para atravesar el Riaza y
trazar por la otra ribera del embalse, segunda parte de la ruta.
¿Quieres
venir y disfrutarlo?
En
Kinedomus Bienestar, tenemos a tu disposición toda
la información para preparar la ruta y apoyo, así como recuperación
post-jornada (SPA, masajes, etc.)
¡Feliz
escapada!
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