martes, 23 de julio de 2013

Escapada por los pueblos entorno a Aranda (II)

Recordemos que en la primera parte de esta escapada, habíamos recorrido como la mitad de la ruta, desde Kinedomus Bienestar hasta Quintana del Pidio. Siguiendo la carretera que nos trajo hasta aquí (la única que viene a Quintana), en tres kilómetros habremos llegado a la Aguilera, siguiente parada y cuya vega, como la de Gumiel y Quintana, pertenece al río Gromejón.

Como sea que la ruta visita hasta 14 pueblos de la Ribera del Duero, en  perspectiva de 360º, desde la atalaya de Aranda de Duero y habremos visto por ejemplo iglesias, algunas hasta con idéntico nombre o estilo, aunque con propio aire, personalidad, etc., aconsejamos una buena  organización en fotos y apuntes, para que la posible infiel memoria, no nos prepare un serio  revoltijo. Y es que, además, salvo excepción, no hay editada documentación, en internet sólo datos dispersos... No es fácil recuperarlos.

Todo depende del gusto de cada cual y, muy importante, del tiempo con que se cuente, pero, para saborear bien la ruta, hay que parar. Hay que parar en los campos, en los pueblos, entretenerse en las calles, en los atrios, en los soportales, en los bancos (de sentarse), poyales, escalones, donde no haya y  donde haya gente. Y hablar con esa gente - hilar la hebra (los abuelos nunca fallan) -, dejarnos contar de sus pueblos, del pasado, del trabajo (de la crisis, no, ¡por favor!), de la uva... Si no tienes tiempo, tampoco importa demasiado, aprovecha el que tengas y, cuando puedas, ¡vuelve!.

Bueno, vale de preámbulos y vamos con la ruta: cuenta la Aguilera con los elementos esenciales y generales que encontramos en casi todos los pueblos de la Ribera: iglesia parroquial (San Cristóbal), fuente, pilón, edificio del ayuntamiento y bodegas históricas y modernas. De la arquitectura tradicional o histórica tanto buscamos en el mundo rural, nos gustan en la Aguilera las casas de ladrillo, alguna, muy antigua, con interesante arcada y pasadizo.

La mayoría de las bodegas históricas, ocupan un área significativamente grande en la prolongación de la loma en que se asienta el pueblo y junto a este. Alguna se sale de esta ubicación, y sus zarceras incluso surgen en la cerca de la iglesia.

Sin duda lo más sobresaliente y lugar histórico indispensable: el Monasterio de San Pedro Regalado (el santo más barato, se dice por aquí cariñosamente), patrón de la Aguilera, de los toreros y de Valladolid, con fiesta y romería cada 13 de mayo. El monasterio, iniciado en 1404, suntuoso según el diccionario Madoz, guarda el sepulcro y cuerpo de S. Pedro, así como los de Juan de Zúñiga y su esposa (pagan, entre otros, la restauración de 1593), interesantes pinturas, etc. Visitado históricamente por diversos reyes, destacando Isabel la Católica, que, como reliquia se llevó, una mano del santo…; del esqueleto suponemos, pues pasó por aquí 70 años después. No hay que perdérselo.

En 2004, los franciscanos, escasos de frailes, alquilaron, primero, y vendieron después, el monasterio a la nueva (declaración oficial del Vaticano, 2010 y origen en las Clarisas, Lerma, a iniciativa, parece, de la arandina Sor Verónica, actual abadesa) comunidad religiosa femenina Iesu Comunio, grupo de jóvenes religiosas que, caso extraordinario, no para de aumentar en vocaciones. Se las ve por Aranda siempre sonrientes y felices; se dice que en su convento no paran de cantar y que tienen muy buena repostería.


Desde la Aguilera hemos de saltar nuevamente otra divisoria para regresar al Duero, teniendo que llegar, casi hasta Aranda, para en el cruce de Leche Pascual, tomar a la derecha, por la C – 619, hacia Palencia; en 4 km. nos plantamos en Villalba de Duero, una ladera que mira al sur, a la luz y al Duero. En su vértice un mirador sobre la vega, que no deberíamos perdernos. Pasemos por su monumental iglesia parroquial dedicada a San Miguel Arcángel, renacentista, concluida en el XVIII, con su potente pétrea escalinata de acceso a la portada plateresca, bajo gran arco de medio punto; en el interior tres interesantes altares barrocos. La preside una tosca imagen de San Miguel.

De Villalba sale una senda local (marcas blanco – amarillo) que recorre la vega y el monte (pino, carrasca….), pasando por varias charcas en las que es posible observar una variada fauna acuática y semiacuática, el antiguo polvorín (luego almacén, cultivo de champiñón…, hoy abandonado) del campo de aviación utilizado durante la guerra 1936-1939. Alejado, queda para otro día...


Despues de Villalba seguiremos la ruta por el sur del Duero, así que, como retornando hacia Aranda, entramos en autovía A-1 y nada más pasar el río, salimos hacia Valladolid. En breve Castrillo de la Vega, siguiente estación (aunque ya no hay tren).

Castrillode la Vega nacería en el 912, con la conquista de la plaza fuerte de Haza por el Conde Fernán González, legendario fundador del reino de Castilla. Decimos nacería porque, aunque ciertas referencias lo dan por hecho, no aluden a documento que lo justifique, lo que, de conocerse...

En Castrillo se señalan, como monumentos religiosos, la iglesia parroquial de Santiago Apóstol y la ermita de la Virgen de la Vega; como civiles las ruinas del Puente Roque, la torre del Monte Castillo (restos de un castillo), ambos alejados, y las bodegas típicas. Respecto del puente Roque, a falta de datos, tenemos nuestra teoría: Propiedad del Duque de Lerma la finca de la Ventosilla, quiso el poderoso noble desviar el paso de ganado y mercancías (derechos de pontazgo), en detrimento de  Aranda y Roa. Factura y dimensiones del puente Roque rechazan épocas anteriores. Caído en desgracia el duque que, parece, miraba mucho lo suyo, el puente se abandona. Ocultas manos dirigen las aguas del entorno hacia la obra, con lo que no podía tardar en hundirse. Sin embargo restos siguen de testigo. No sabemos cuánto les quedará. Castrillo tiene fuente de exquisitas aguas (d. Madoz, 1850)

 Fiestas en Castrillo: la semana siguiente a la Santa, en Honor a la Virgen de la Vega, 25 de Julio a Santiago Apostol y 16 de Agosto, San Roque con "luminarias" como en San Juan en otros lugares).

En Castrillo, las bodegas históricas (como Zazuar), en el centro del pueblo, tal vez por similares razones, excepto la inundación, inverosímil.


En Castrillo tomamos dirección Hontangas (salida a Valladolid, a la izquierda); llegado el cruce que lo indica, a Campillo de Aranda. Son 13 km., el mayor tramo de carretera recorrido.

En Campillo de Aranda – Iglesia Parroquial de Nª. Sª. de la Asunción (XVI), el Ayuntamiento (XVI), de planta baja porticada y sendas charcas (Navajo y Pozas, de la Ballena, por mal nombre, historia que en otra ocasión contaremos) -. Las charcas, junto a las casas, caso curioso y único en la Ribera del Duero, estando Campillo, en pleno páramo, a más de 900 m. de altitud.

Campillo es una de las localidades de la Ribera con, quizá, más horizontes: la Demanda, Somosierra, Ayllón, Guadarrama...

Camino de Campillo a Aranda, al cruzar la antigua N - 1, giramos a la derecha y, tras 1 km., Fuentespina, al pié del alto Carpio, un gruyer taladrado de buenas bodegas; a sus pies el pueblo, con el magnífico conjunto fuente, escalinata, iglesia parroquial de San Miguel, XVII, en plaza cercana el rollo jurisdiccional y casa de los Ponce de León; camino de la ermita del Padre Eterno, el Humilladero.

Según nuestros cálculos y como llevemos la ruta, Fuentespina puede ser un buen lugar para la parada larga de medio día; es decir de la comida.

Fuentespina, junto con Gumiel, quizá por el paso, hasta fechas recientes, de la carretera Madrid – Francia, son poblaciones con una cierta industria, si bien coincide con el resto en que gran parte de la población trabaja en Aranda - construcción, industria, comercio… -, a menudo compatibilizado con trabajos agrícolas (viñas, cereal…). En los extrarradios buen número de huertas; algún invernadero. Las bodegas de Ribera del Duero, proporcionan unos cuantos puestos de trabajo, con continuidad y esporádicos, en fase de cultivo y en la elaboración.

Gracias a esa doble actividad, a acumulación de tierras por unos pocos agricultores (propietarios y, muy abundante, arrendatarios) en exclusividad o a título principal y a la potenciación vitivinícola, la calidad de vida en nuestros pueblos, en las últimas décadas, ha mejorado exponencialmente. Símbolo, la arquitectura moderna (urbanismo, instalaciones deportivas, viviendas…, algunas de dudoso gusto,  inadecuada estética o exagerada ostentación). Destacaríamos algo no sencillo de distinguir , hoy vital, las residencias de la 3ª edad, equipamiento existente en varias localidades.      

Tras este paréntesis, quizás algo fuera de lugar, pero que ilustra el hoy ribereño, sigamos con lo nuestro:

Fuentespina es principio del fin de la ruta. Desde aquí, buscaremos la N-122, para retornar a Kinedomus Bienestar. En general, hemos pasado por cada primer pueblo de cada una de las salidas de Aranda de Duero por carretera. Ahora, para no entrar en Aranda y por el interés de los sitios a visitar, solo hay una la opción: por el acceso a Fuentespina, hacia Fuentelcesped y, luego a Santa Cruz de la Salceda.

En el primero de ellos hay que visitar el conjunto iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, (XVII, coro, órgano, retablo del presbiterio…, barrocos), casa consistorial porticada y quiosco del Mayo, arquitectura tradicional (casas con solana), el conjunto de la fuente grande (para 30 caballerías) y los lavaderos, el humilladero, bodegas, lagares, el enomuseo y varias ermitas.

Fuentelcesped cuenta con un importante archivo histórico documental y registros centenarios del concejo y otros. María José Zaparain (Departamento de Ciencias Históricas y Geografía, Universidad de Burgos) escribió en 1998 “Fuentelcésped: la villa y su patrimonio, siglos XVII y XVIII”, refiriendo gran parte de los datos a dicha documentación.

La última localidad de la ruta es Santa Cruz de la Salceda, unido con Aranda, Fuentespina y Fuentelcesped (algo retirado) por el Arroyo de la Nava; con Fuentelcesped, además, por la carretera BU – 932, que, en 4 km., nos deja en nuestro destino

En Santa Cruz, algo muy especial: el Museo de los Aromas, de reciente creación y apertura (19/ 05/2012), primer museo de España de este tipo; está en las antiguas escuelas y es iniciativa de la Diputación , ADRI y ayuntamiento de Santa Cruz. Interactivo, también, único en Europa, permite reconocer y analizar cientos de aromas: sobre el vino, perfumes, salud, recuerdo, naturaleza, peligro... ¡Éxito al museo y gracias a promotores y patrocinadores!; especialmente por el atrevimiento de, en estos tiempos, semejante iniciativa cultural, máxime, en rincones como Santa Cruz. No es lo habitual.

Iglesia parroquial dedicada a Nª. Sra. De la Asunción, varias ermitas y yacimiento arqueológico de Pico Romero – Edad de Bronce -. Arquitectura típica castellana, por sus calles zarceras, bodegas y lagares tradicionales, alguno recuperado. Desde la Cruz que da nombre al pueblo, una bonita panorámica del valle de la Nava.

En Santa Cruz tomamos la BU – 930, que, en unos minutos, nos acerca Vadocondes, con lo que cerramos el círculo y, girando a la izquierda por la 122, volvemos a Kinedomus Bienestar.

¡Buena jornada!

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